Madame Butterfly

El viernes llevé al Bonito y a otro hombre favorito mío a ver danza contemporánea. No voy mucho a ver danza. No se, la danza puede resultar un poco pesada si uno no tiene la costumbre de ver y apreciarla, pero he podido conseguir entradas en descuento a través de la universidad y ahí estamos, tres personas sin mucha experiencia en el mundo de la danza en la entrada del Teatro Condal de Barcelona (avenida Paralelo), preparados para ver el espectáculo. 

Yo no conocí la historia de la opera Madame Butterlfy. Los dos hombres han visto la película, que parece que sólo presta el nombre de la opera, pero no la historia, y no sabíamos muy bien a qué esperar. Al final, creo que casi hablo por los tres, ha sido muy bello. No entendemos de danza y no lo podíamos apreciar totalmente, pero, es que los movimientos, junto con la música (partes de la opera de Puccini) y la ropa (como la historia para en Japón la ropa de las geishas fue de colores) crearon un sentimiento muy bonito. Ayy, no sabría qué palabras utilizar.

La historia se entendía bastante bien en este espectáculo. No ha sido muy abstracto y eso hay que agradecerlo. Y la historia es muy bella, trágica pero bella. Se cuenta de una geisha de 15 años que se casa con un soldado americano que está en Japón. Para ella es amor de vida pero él, después de un tiempo, la abandona y se va de vuelta a Estados Unidos. Ella, en Japón, no quiere escuchar a nadie, no quiere creer a los que le dicen que el soldado le abandonó y sigue creyendo en su amor. Tiene un hijo de este matrimonio, pero el soldado no está. Después de un tiempo, vuelve este soldado a Japón a buscar a este hijo que tenía con la geisha, acompañado de su nueva mujer, americana. Después de darles el bebe, el hijo que tenía la joven geisha con el americano, se suicida (como la manera típica japonesa- se apuñala a si misma en la barriga) con el cuchillo de su padre que decía que si uno no puede vivir con dignidad, ha de morir con dignidad. 

Triste. Pero ha sido muy bonito. No se hasta cuando dura el espectáculo en Barcelona, pero lo recomendaría: es fácil de digerir, no hay que tener mucha paciencia o entender nada de baile contemporáneo y tampoco dura mucho: una hora y 15 minutos. No llega a aburrir. 

No está nada mal ir a ver algo de cultura de vez en cuando. Sólo hay que elegir muy bien y tener algo de suerte.