30

En menos de tres semanas cumpliré 30 años. Por ahora intento ignorar el evento. Es que me conozco y me deprimo en estos días. El cambio de cifra y el envejecer no es la principal razón. Me pongo muy sentimental. Recuerdo lo que hice en el pasado, me doy cuenta al paso (rápido) del tiempo y me doy cuenta que ya no puedo tener la misma vida de hace unos años. Es que ya, con 30 años, no estoy considerada joven. Eso se ve en todos los contratos de los bancos y de ayudas nacionales: los jóvenes acaban de serlo con 30 años. Ya no puedo pensar como antes, tengo más responsabilidades, soy más consciente de mis responsabilidades.

Igualmente, se que no está muy mal. He hecho un camino muy interesante hasta la edad de 30 años y no descanso, sigo haciendo al camino lleno de novedades. Eso esta bien. Todavía me esperan cosas emocionantes en el futuro, ya lo se. Pero el tiempo pasado, lo que quedó atrás y solamente se aleja cada vez más, se queda en otro tiempo, cuando era yo diferente, cuando era más joven.

No me quejo. Todavía. No, no me empezó esta tristeza, pero falta tiempo. Generalmente, esta tristeza me viene por ignorar el día durante todo el mes y recordar, en el mismo día, que no tengo nada organizado, que no tengo ninguna fiesta, ni quede con nadie para ir a celebrar. Nunca aprendo. Es que ahora, menos de tres semanas antes, no pienso en nada. NO soy así de organizar mega fiestas. Aunque al final, me apetece ver que mis amigos festejan conmigo. Además, no tengo el riesgo de festejarlo sola. Tengo al Bonito que estará conmigo celebrando. Con una botella de champan o de buen vino. Y si hace falta, pondremos música en casa y bailaremos toda la noche.

Este año, mi meta es no deprimirme antes de mi cumple años. A ver si lo consigo.